En su más reciente rueda de prensa, el presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos, Jerome Powell, nos ha dicho que habrá dinero barato por mucho tiempo. La Fed promete al menos tres años de tasas de interés cercanas a cero. Y ha reafirmado una vez más su compromiso con la nueva estrategia en política monetaria. ¿Cuál es la nueva estrategia? Bueno, se trata de permitir que la inflación supere el 2% anual para estimular la generación de empleos. 

La misión de la Reserva Federal es clara: La estabilidad de los precios y la promoción del empleo. Su tarea es utilizar todas las herramientas a su disposición para cumplir con su misión. Si nos vamos a los números, el objetivo es lograr 2% de inflación anual y al menos 4% de desempleo. En estos momentos, la inflación en los Estados Unidos está por debajo del 2%. Lo que representa un problema. Y el desempleo está muy por encima del 4%. Lo que también representa un problema. 

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Claro que la nueva estrategia consiste en permitir (temporalmente) una inflación por encima del 2%, pero sin olvidar que el promedio anual total debe ser 2%. La caída de la demanda durante el segundo trimestre del año produjo un terrible cuadro deflacionario y un incremento asombroso de la tasa de desempleo. Es el deber de la Reserva combatir esto con inyecciones de liquidez. Eso se ha hecho principalmente bajando las tasas de interés y comprando instrumentos financieros como bonos de tesoro y corporativos. Eso se ha hecho con mucha agresividad para poder estimular una recuperación rápida. Y, en efecto, la economía se ha recuperado mucho. No podemos decir que estamos bien o en los mismos niveles que antes de la pandemia, pero sí podemos decir que estamos mejor. 

Es importante destacar dos cosas. Primero, no todo depende de la Reserva Federal. Y por eso es que Powell destacó el rol del Departamento del Tesoro en todo esto. La Reserva es una institución muy limitada en sus funciones. Cuenta con mucha autonomía, pero no es libre de hacer lo que le plazca. Solo puede comprar instrumentos financieros, por ejemplo. Y no pude hacer compras de otro tipo. El Gobierno, por otro lado, no puede imprimir dinero como la Reserva Federal, pero puede gastar dinero. Lo que quiere decir que en momentos como este es de vital importancia que la Reserva Federal y el Gobierno trabajen juntos. 

Por otro lado, es claro que esta crisis no es una crisis convencional. No es una crisis como la del 2008, por ejemplo. En esta oportunidad, contamos con un elemento adicional: La pandemia. Mientras el virus siga entre nosotros, la economía no se podrá recuperar en un 100%. Por mucha liquidez que circule en la economía, hay sectores que no volverán a la normalidad hasta que el virus sea erradicado. 

El turismo, la hotelería, y todas las actividades que involucren movilidad y congregación no levantarán cabeza hasta que volvamos a la normalidad en un 100%. Y eso será cuando el virus se convierta en un asunto superado. Ya sea con vacunas o tratamientos. Pero mientras estemos en alerta roja con una pandemia mundial, la economía no se podrá recuperar del todo. 

He ahí el detalle. Porque, pese a lo que dice el Presidente Donald Trump con respecto a la vacuna, los científicos han advertido que la creación y distribución de una vacuna es un proceso más largo de lo esperado. En el caso de que tengamos una vacuna lista y aprobada para principios del próximo año, la distribución puede tardar meses. Todo indica que la vacuna para combatir el Covid-19 es sumamente sensible a la temperatura. Eso implica un gran desafío logístico. Entonces, todo toma tiempo. 

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En este momento, se está trabajando en varios niveles. Hay empresas trabajando en la vacuna como tal. Hay empresas preparándose para la producción de la vacuna. Hay empresas construyendo centros de almacenamiento con cuartos refrigerados. Y hay empresas trabajando en la logística. Los tiempos que se están manejando son más largos de lo que uno podría desear. 2021, 2022, 2023. Al parecer, esta pandemia dejó de ser un problema de meses para convertirse en un problema de años. Y me temo que, nos guste o no, debemos aprender a vivir con ello. 

Ahora bien, uno podría asumir que la noticia de que tendremos dinero barato por mucho tiempo sería bien recibida en Wall Street. Sin embargo, Wall Street acogió con frialdad las palabras de Powell. Powell habló de recuperación y de buenas perspectivas, pero los mercados respondieron con cierta indiferencia. De hecho, los mercados cayeron un poco durante los anuncios. 

El ambiente en Wall Street ha estado algo confuso últimamente. Los toros se están cansado y toda la euforia generada por los estímulos está pasando. Ya muchos se están retirando anticipando una corrección. Muchos están dudando de las valoraciones actuales. El sentimiento se está moderando. Y las declaraciones de Powell no pusieron nada realmente nuevo en la mesa. En el fondo, todo fue más de lo mismo. Lo que ya sabíamos. No hubo un gran anuncio. Por esta razón, los mercados reaccionaron con apatía. 

En mi opinión, el riesgo de esta nueva estrategia de la Reserva Federal es la deuda. Por un lado, tendremos tasas de interés en cero por varios años y, por el otro, no se están tomando las medidas necesarias para reducir la deuda. Los republicanos se rehúsan a aumentar los impuestos. El déficit se mantiene. Y la deuda pública y privada sigue creciendo. 

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En un mundo ideal, las autoridades deben trabajar juntas y utilizar distintos instrumentos para estimular el crecimiento y al mismo tiempo reducir la deuda. En este caso, se están centrando solamente en inyectar liquidez. Pero se está descuidando la reducción de la deuda. En gran parte, por culpa del Gobierno. 

La deuda juega un rol muy importante en las crisis. Es decir, el endeudamiento es una de las causas principales de una crisis. Lo que implica que no podemos olvidarnos de la deuda durante una crisis. Las inyecciones de liquidez ayudan porque estimulan el crecimiento económico, pero si no se combate la deuda, las crisis volverán con más fuerza. Japón es un claro ejemplo de esta situación. Estados Unidos está en riesgo de convertirse en otra Japón. Endeudamiento eterno y crecimiento a paso tortuga por mucho tiempo. 

Es mejor imprimir dinero, aumentar el pago público y subir los impuestos que simplemente bajar las tasas de interés. En otras palabras, lo ideal sería inyectar liquidez y reducir la deuda, porque inyectar liquidez y aumentar la deuda significa solventar hoy, pero crear un problema mayor para mañana. ¡Cuidado con la deuda!