La Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU. anunció el 20 de febrero la formación de un nuevo grupo para combatir la mala conducta cibernética, incluido el fraude relacionado con la blockchain y los criptoactivos.
Según un comunicado de prensa, el nuevo grupo, denominado "Unidad de Ciberseguridad y Tecnologías Emergentes" (CETU, por sus siglas en inglés), se centrará en proteger a los inversores minoristas de actores malintencionados en el espacio de las tecnologías emergentes.
La Unidad de Ciberseguridad y Tecnologías Emergentes (CETU) estará compuesta por alrededor de 30 especialistas en fraude y abogados de varias oficinas de la SEC, y reemplazará a la “Unidad de Criptoactivos y Ciberseguridad” de la SEC, que se encargaba de emprender acciones de cumplimiento contra ofertas y plataformas de criptoactivos fraudulentas y no registradas.
Laura D’Allaird, una abogada radicada en Washington, DC, que ha dirigido la Unidad de Criptoactivos y Ciberseguridad de la SEC, liderará CETU. Según su perfil de LinkedIn, anteriormente se desempeñó como asesora del comisionado de la SEC Jaime Lizárraga, miembro del Partido Demócrata.
“La unidad no solo protegerá a los inversores, sino que también facilitará la formación de capital y la eficiencia del mercado al allanar el camino para el crecimiento de la innovación”, dijo el presidente interino de la SEC, Mark Uyeda, en un comunicado. “Identificará a quienes buscan hacer un mal uso de la innovación para perjudicar a los inversores y reducir la confianza en las nuevas tecnologías”.
El nuevo grupo utilizará su experiencia para combatir la mala conducta en relación con las “transacciones de valores” en áreas como el fraude cometido con tecnologías emergentes, el uso de redes sociales y sitios web falsos para perpetuar fraudes y, específicamente, el “fraude relacionado con la tecnología blockchain y los criptoactivos”.
El ecosistema cripto sacudido por acusaciones de uso de información privilegiada con memecoins
Aunque las acusaciones de uso de información privilegiada en el ecosistema cripto han sido parte del discurso general durante años, la discusión alcanzó su punto álgido desde el 14 de febrero tras las repercusiones del caso de la memecoin LIBRA.
Esa memecoin, que contó con la promoción del presidente argentino Javier Milei, se convirtió en sinónimo de un espacio diseñado en contra de los inversores minoristas, quienes sufren por no tener las ventajas de la información privilegiada. El rug pull, que le generó al equipo detrás del token más de 100 millones de dólares, costó a los inversores más de 251 millones de dólares después de que el token fuera inflado artificialmente y luego vendido masivamente.
Jupiter, el exchange descentralizado en Solana donde ocurrió el rug pull, afirmó que el lanzamiento de una memecoin respaldada por Milei era un secreto a voces en los círculos de memecoins. Jupiter ha iniciado una investigación y un cofundador de Meteora renunció como resultado del escándalo.
Debido al colapso de LIBRA, algunos, incluido el cofundador y CEO de The Coin Bureau, Nic Puckrin, han culpado a los reguladores por la falta de claridad en torno a estos activos.
“La responsabilidad del desastre de la memecoin Libra y de otros esquemas de pump-and-dump similares recae en los reguladores, y ellos son los únicos que pueden solucionar esto”, dijo Puckrin en un comunicado a Cointelegraph.
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