Siempre leemos sobre las predicciones de PlanB. Ellos tienen la valentía (o necedad) de hacer predicciones del precio de Bitcoin. Lo que nunca es fácil porque nadie es adivino. Sabemos que hay una tendencia. Y sabemos que el precio fluctúa. Pero, en materia de predicciones, la precisión es prácticamente imposible. Un número exacto en una fecha exacta. Misión imposible. Sin embargo, a todos nos encanta hacer predicciones. ¿Por qué PlanB se equivoca tanto? Bueno, su misión es predecir el futuro. Y no es una tarea fácil. 

Claro que para invertir es obligatorio hacer predicciones. Un inversor invierte pensando en un mejor futuro. La idea es invertir hoy, para recibir ganancias en el futuro. Eso implica cierto optimismo en el activo en cuestión. Se asume que el activo se encuentra subvalorado y, tarde o temprano, el mercado reconocerá su verdadero potencial. ¿Cuál es el problema? Bueno, el problema es que tanta ambigüedad no es suficiente. La gente quiere precisión. Lo que representa un gran inconveniente porque, como ya lo dije anteriormente, la precisión en estos menesteres es imposible. ¿La solución? Predecir de manera precisa pretendiendo que sabemos de lo que hablamos. 

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Es virtualmente imperativo que un exchange, un fondo, una firma de análisis o una criptoempresa tengo su predicción. De lo contrario, el público (los clientes) pierden interés. Adicionalmente, el público puede caer en el error de pensar que sin una predicción oficial nadie puede jactarse de ser un experto en la materia. Ahora bien, las predicciones deben ser optimistas. De lo contrario, la cosa se vuelve contraproducente. En política, ocurre algo similar. Durante la campaña, nuestro candidato siempre es el ganador. Después de todo, nadie quiere votar por un candidato perdedor. Esta “mentira blanca” es necesaria para tener un chance. Lo que se busca es que la profecía se cumpla debido al poder de la fe. 

A la gente le gusta que le mientan. Y, en el espacio cripto, hay mentiras por doquier. Algunas se vuelven realidad. Otras, no. Pero todos debemos tener una narrativa firme. He ahí el detalle. La mentira, para que sea creíble y tenga una oportunidad en hacerse realidad, debe expresarse sin dudas. En este espacio, las predicciones sirven de causas debido a sus efectos motivadores. No es que se tuviera una bola de cristal en caso de lograr el objetivo. Lo que realmente ocurre es que la campaña tuvo éxito. Ahora todo estamos trabajando para que Bitcoin logre el objetivo de USD 100,000 por unidad para finales de año. ¿Cuál es la predicción? USD 100,000 para fin de año. 

PlanB es popular porque es parte de la cofradía libertaria. Estos libertarios están inspirados por el dogma libertario. Tenemos la visión conservadora del liberalismo neoclásico, la escuela de Chicago y la escuela austriaca en todo esto. Un concepto en particular: La “teoría del valor marginal” que destaca la importancia de la escasez en el tema del valor. Obviamente, aquí estoy hablando del modelo stock/flow (inventario/flujo). El favorito de PlanB y el que utiliza para hacer sus predicciones. La mayoría de los libertarios se ven en el espejo con este modelo. Después de todo, este modelo se construyó con “grandes verdades”.

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Ahora bien, ¿Cuál es el problema? El problema yace en los resultados. El modelo puede tener el apoyo de los libertarios. Pero no tiene el apoyo de la evidencia. Acierta a veces. ¿Qué quiere decir esto? Bueno, quiere decir que este modelo de predicción no es muy bueno prediciendo. Últimamente, en particular, siempre está muy por encima del precio. Lo curioso es que poca se cuestiona la validez de un modelo de predicción que falla tanto. Con frecuencia se piensa que la falla está en el mercado. ¿En serio? Eso es como decir que tenemos el don de la profecía, pero no acertamos porque la gente siempre hace otra cosa.

El modelo stock/flow tiene sus claras limitaciones. Obvio que tenemos un modelo sesgado. No es un error total. Pero sí está incompleto. Considera el inventario y flujo, pero se le olvida algo de suma importancia: La demanda. Diría que no sopesa el factor humano y la complejidad macroeconómica y geopolítica. Para el modelo stock/flow no existe la economía mundial. La escasez de Bitcoin es rey. Pero no analiza la existencia de las altcoins. No sopesa el humor de los inversores. No sopesa la política monetaria. No sopesa la tasa de cambio del dólar. No sopesa la inflación. Todo se reduce a que la escasez lo solucionará todo. Eso ha podido ser cierto en Austria o en Chicago del siglo pasado. Pero el pensamiento económico ha evolucionado. Los diamantes sí son más valiosos que el agua. Pero esa no es una verdad absoluta. O sea, algunas condiciones aplican.

Digamos que la predicción de PlanB se cumple. USD 98,000 para fin de año. Eso no confirma la validez de su modelo. USD 100,000 es la predicción de medio mundo. Se trata de un número redondo, posible, y de gran sonoridad psicológica. El optimismo está. La liquidez también. Es técnicamente posible. Y es sumamente probable. No obstante, todo lo que está pasando es mucho más complejo que simplemente el inventario y flujo actual de Bitcoin. 

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No tengo nada en contra de PlanB. No tengo nada en contra del inventario y el flujo de Bitcoin. Me parece genial el suministro limitado de Bitcoin y el fenómeno de los halvings. De hecho, siempre leo las predicciones de PlanB con mucho interés. Siempre lamento cuando sus predicciones no se cumplen, por ser parte interesada. Por mí, que el precio suba a la luna. Hable de PlanB en este artículo a modo de excusa para poder hablar sobre el complejo mundo de las predicciones.

 “Mi amigo, que sabe mucho de eso, dijo que Bitcoin llegará a USD 100,000”.  “Elon Musk dijo que Bitcoin superaría los USD 100,000”. “Solo puede haber 21 millones de BTC”.  Estas son las cosas que uno siempre escucha en este espacio. Estas son frases que consuelan a la gente. La verdad es que nada es seguro. Pero esa “verdad” no dice nada y nos deja con un gran vacío. El público ama una predicción que suene autoritaria. Es parte del show. Nos guste o no, las predicciones son parte de la ecuación. Sería un error menospreciar el elemento subjetivo en todo esto. Las ilusiones tienen el poder de orientarnos. Nos muestran un camino a seguir. Nos dan esperanza. En cierto sentido, las predicciones, exactos o no,  son necesarias.