El área educativa ha vivido una transformación digital que no se limita a facilitar el proceso de enseñanza y aprendizaje con el uso de tecnologías como juegos, animaciones, realidad virtual y aumentada, sino también en la forma en que las instituciones educativas se comunican con sus estudiantes y la sociedad. La pandemia aceleró este proceso, exigiendo a las instituciones educativas implementar nuevas estrategias académicas y de relacionamiento con sus estudiantes para seguir brindando servicios a la sociedad.

Según Jefferson Souza, CTO de Blockchain One, "el área de educación puede, y mucho, beneficiarse de otros avances tecnológicos que ya han impactado significativamente en otros sectores". Un ejemplo de estos avances es la tecnología Blockchain, que ha generado valor en diferentes segmentos, como finanzas, logística, cadena de suministro y protección intelectual, entre otros. La tecnología Blockchain es una estructura de almacenamiento de datos, que puede estar descentralizada o no, sobre la cual se basa Bitcoin (en este caso particular, la blockchain de Bitcoin es descentralizada), y tiene aplicaciones más allá de las monedas digitales.

El experto señala que la tecnología Blockchain puede ofrecer seguridad y confianza a los datos almacenados y permitir compartirlos de forma sencilla, sin necesidad de intermediarios. En el contexto de la educación, algunas instituciones educativas alrededor del mundo han utilizado la tecnología Blockchain como estrategia para el registro de diplomas y certificados. El proceso de emisión y verificación de títulos y certificados es proclive al fraude, ya que solo se realiza mediante la producción y verificación del documento físico, que puede ser falsificado.

"El fraude de estos documentos de finalización de cursos es denunciado con frecuencia por la prensa nacional y causa un daño significativo a la sociedad", explica Jefferson.

Con el uso de la tecnología Blockchain, sería posible registrar de forma segura la información de los diplomas y certificados, lo que permitiría verificar de manera confiable la veracidad de la información contenida en los documentos de finalización. 

"La elección de esta tecnología sirve tanto a las instituciones educativas, que demuestran un carácter innovador y un interés público en proteger a la sociedad del fraude en los documentos de finalización de cursos, como a los estudiantes, que confían en que su diploma tendrá la validez fácilmente verificable", destaca.

Para la sociedad y los empleadores, existiría entonces la certeza de que el profesional efectivamente recibió la certificación indicada. Este es uno de los ejemplos de una relación ganar-ganar-ganar.

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