El pasado 1 de febrero de 2025, el presidente Donald Trump tomó una decisión tajante al imponer aranceles globales, con un enfoque particularmente estricto hacia Canadá y México. Esta medida tenía como objetivos principales abordar el problema del ingreso de fentanilo al país y restringir las flexibilidades migratorias y los flujos de inmigrantes. En consecuencia, el analista de mercados para ATFX LATAM, Felipe Mendoza, dijo que Trump inició una escalada hacia una guerra comercial, aplicando aranceles del 10% a China y del 25% a Canadá y México.
Señaló además que, sumado a estos aranceles, Trump firmó órdenes con cláusulas de represalia, las cuales aumentarían los aranceles en caso de respuestas similares por parte de los países afectados. El primer ministro de Canadá manifestó su intención de aplicar represalias, especialmente en el sector automotriz.
A pesar de los esfuerzos de mediación de varios departamentos gubernamentales de Estados Unidos y México para negociar esta medida, el presidente Trump se negó a cualquier modificación o periodo de gracia.
Según mencionó Felipe Mendoza, el gobierno estadounidense esperaba que se impusieran aranceles adicionales a las importaciones de productos farmacéuticos, chips semiconductores, productos agrícolas, acero, aluminio, cobre, petróleo, gas y al sector automotriz, tanto eléctricos como de combustión, ya que estos productos son los más exportados desde México y Canadá hacia Estados Unidos.
Aseguró que con el cierre de la bolsa por el fin de semana, los efectos en los precios de estos activos financieros se reflejarían entre el domingo y lunes en las aperturas de bolsa, e incluso hasta el martes, cuando se dieran más declaraciones desde los países afectados.
Felipe Mendoza también comentó que la reacción inmediata del mercado podría manifestarse en una fortaleza de la moneda estadounidense, aunque dependiendo de los datos recibidos, este escenario podría cambiar pasada la volatilidad inicial. Esto también podría provocar un aumento en los precios de estos activos debido a la dificultad en su comercio.
La primera medida ya fue anticipada hoy a Canadá, con un arancel del 10% en energías para minimizar las consecuencias, considerando que Estados Unidos es un fuerte consumidor de petróleo, gas y electricidad.
Asimismo, se esperaba que no solo los commodities se vieran afectados, sino también varias monedas, directa o indirectamente. El peso mexicano y el dólar canadiense se moverían en correlación inversa con los movimientos del dólar, con alta fluctuación. También se preveía volatilidad en otras monedas latinoamericanas, el yuan chino e incluso el yen, debido a los movimientos interesantes que podrían encontrar los analistas en posiciones atractivas con las diferencias en las tasas cambiarias.
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