Fintech es un término que se usa para referirse a la innovación tecnológica aplicada al sector financiero. Incluye desde aplicaciones móviles de banca y pagos, hasta plataformas de préstamos y crowdfunding, pasando por las criptomonedas y la cadena de bloques (blockchain).
Ahora bien, el objetivo declarado de fintech es ofrecer servicios financieros más accesibles, eficientes y transparentes, aprovechando las ventajas de la digitalización y la descentralización. Fintech busca democratizar las finanzas, es decir, hacer que más personas puedan acceder a ellas, sin importar su ubicación, nivel de ingresos o educación.
¿Qué beneficios tiene fintech para la sociedad?
Fintech tiene muchos beneficios potenciales para la sociedad, especialmente para las personas que se encuentran excluidas o marginadas del sistema financiero tradicional. Algunos de estos beneficios son:
- Inclusión financiera: fintech permite que más personas puedan abrir una cuenta bancaria, enviar y recibir dinero, solicitar un préstamo o invertir en un proyecto, sin necesidad de intermediarios, papeleos o altas comisiones. Esto puede mejorar la calidad de vida de millones de personas que viven en la pobreza o en zonas remotas, y fomentar el desarrollo económico y social de sus comunidades.
- Empoderamiento financiero: fintech da más poder y control a los usuarios sobre sus finanzas, al brindarles más opciones, información y educación. Los usuarios pueden elegir el servicio que mejor se adapte a sus necesidades, comparar precios y condiciones, y tomar decisiones informadas y responsables. Además, pueden acceder a recursos educativos que les ayuden a mejorar su alfabetización financiera y a gestionar mejor su dinero.
- Innovación financiera: fintech estimula la innovación y la competencia en el sector financiero, al crear nuevos productos, servicios y modelos de negocio que respondan a las demandas y expectativas de los clientes. Esto puede generar más valor, eficiencia y calidad en el mercado, y al mismo tiempo, impulsar el progreso tecnológico y la transformación digital de la sociedad.
¿Qué riesgos tiene fintech para la sociedad?
Claro que fintech no es una panacea ni una solución mágica para todos los problemas financieros de la sociedad. También tiene sus riesgos y desafíos, que deben ser reconocidos y abordados. Algunos de estos riesgos son:
- Seguridad y privacidad: fintech implica el uso de datos personales y financieros de los usuarios, que pueden ser vulnerables a ataques cibernéticos, robos, fraudes o filtraciones. Esto puede poner en peligro la confianza, la reputación y la integridad de los servicios fintech, y afectar negativamente a los derechos y la protección de los usuarios. Por eso, es necesario que los servicios fintech cumplan con los más altos estándares de seguridad y privacidad, y que los usuarios sean conscientes de los riesgos y las medidas de prevención.
- Regulación y supervisión: fintech opera en un entorno legal y regulatorio complejo y cambiante, que puede variar según el país, el tipo de servicio y el nivel de innovación. Esto puede generar incertidumbre, incompatibilidad y conflicto entre las normas y los actores involucrados, y dificultar el cumplimiento y la supervisión de los servicios fintech. Por eso, es necesario que exista una regulación y una supervisión adecuadas, que equilibren la protección de los usuarios, la promoción de la innovación y la armonización de los mercados.
- Impacto social y ambiental: fintech tiene un impacto directo e indirecto en la sociedad y el medio ambiente, que puede ser positivo o negativo, dependiendo de cómo se use y se gestione. Por ejemplo, fintech puede contribuir a reducir la pobreza, la desigualdad y la corrupción, pero también puede aumentar la exclusión, la discriminación y la evasión fiscal. Asimismo, fintech puede ayudar a mitigar el cambio climático, pero también puede generar un mayor consumo de energía y recursos. Por eso, es necesario que los servicios fintech sean responsables y sostenibles, y que tengan en cuenta el impacto social y ambiental de sus actividades.
En lo personal, creo que fintech es una fuerza positiva y transformadora para la sociedad, que ofrece muchas oportunidades y beneficios para los usuarios y el sector financiero. Sin embargo, también reconozco que fintech tiene sus riesgos y desafíos, que deben ser gestionados con prudencia y precaución.
Mi opinión es que la industria fintech y cripto debe encontrar un equilibrio entre los esfuerzos de democratizar las finanzas con la tecnología y la necesidad de obtener ingresos para sobrevivir y crecer. Es importante no dejarse llevar por la codicia, ni perder de vista el propósito y el valor de fintech para la sociedad.
Creo que fintech puede cambiar la sociedad para mejor, si se usa con responsabilidad, ética y visión de futuro. Pero también puede cambiarla para peor, si se usa con irresponsabilidad, egoísmo y cortoplacismo.
Por eso, invito a mis lectores a que se informen, se eduquen y se involucren en este apasionante y desafiante mundo, con una actitud crítica, objetiva y constructiva.
Como bien sabemos, Latinoamérica es una región con una gran diversidad cultural, social y económica, pero también con una gran brecha entre ricos y pobres, y entre incluidos y excluidos del sistema financiero. No todos tienen acceso a servicios financieros formales. Y esto limita las oportunidades de desarrollo, crecimiento y bienestar de muchos.
Democratizar las finanzas en Latinoamérica significa darle voz y voto a los que no la tienen, a los que están marginados o discriminados por el sistema financiero tradicional. Significa ofrecerles servicios financieros más asequibles, inclusivos y adaptados a sus necesidades y realidades. Significa empoderarlos para que puedan tomar mejores decisiones sobre su dinero, y para que puedan participar activamente en la economía y la sociedad.
Fintech y cripto son dos palabras que suenan muy bien, pero que también pueden traer muchos problemas. Por un lado, nos prometen democratizar las finanzas, es decir, hacer que todos podamos acceder a servicios financieros más baratos, rápidos y transparentes. Por otro lado, nos exigen obtener ingresos, es decir, ganar dinero con nuestro trabajo, sin caer en la codicia, la corrupción o la ilegalidad.
¿Cómo podemos lograr el equilibrio perfecto entre estos dos objetivos? La respuesta es simple: poniendo a la gente en el centro. No se trata solo de ofrecer productos o servicios, sino de crear valor para los demás. No se trata solo de decir lo que hacemos, sino de demostrarlo con hechos. No se trata solo de decir que somos confiables, honestos y competentes, sino de serlo de verdad.
El futuro de las finanzas depende de nosotros. Y nosotros dependemos de este equilibrio. Así que, cuidado con no perderlo.
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

