En la provincia de Mendoza, Argentina, el proyecto Open Vino conjuga el conocimiento tecnológico con la creatividad, la producción vitivinícola y tecnologías disruptivas como Blockchain e Internet de las Cosas. Cointelegraph en Español conversó con Mike Barrow, dueño de la Bodega Orgánica Costaflores y líder del proyecto Open Vino, para conocer de qué se trata esta iniciativa.

Fernando Quirós (FQ): ¿Cómo comenzaste en el mundo de la tecnología blockchain?

Mike Barrow (MB): Yo soy informático. Vengo de una formación y trayectoria de trabajo de muchos años en la parte de tecnología. Más bien, empecé tarde en el mundo del vino. Arranqué comprando un terreno en 2013, en Mendoza, Argentina. Planté viña y empecé con eso sin tener mayores antecedentes en el mundo del vino. Y quizás por ser forastero en ese mundo, me iba topando con la curva de aprendizaje de cómo hacer vino, cómo vender vino, la comercialización, etc. Surgían preguntas sobre el precio que debía tener el vino, cómo comunicar transparencia a los consumidores, a la hora de buscar confianza con ellos, y cómo saber a dónde terminan los productos y captar información después. Entonces, transparencia, trazabilidad y la venta, tokenización, vinieron como anillo al dedo como casos reales con sentido para utilizar blockchain. Como sabemos, hay muchos casos donde casi queremos forzar a la tecnología blockchain para hacer cosas para las que no está diseñada.

FQ: ¿Y cómo usan blockchain para Open Vino?

MB: Nosotros utilizamos blockchain de diferentes formas. Para la tokenización y la venta de vino, lo que hacemos es lo siguiente: cosechamos la uva y luego vinificamos. Una vez que sabemos cuánto vino hay por año, calculamos la cantidad correspondiente de botellas y emitimos la misma cantidad de tokens. La primera vez fue mayo de 2018. Sacamos el equivalente de 16,384 botellas y entonces emitimos 16,384 tokens que se llaman MTB18. Ahora, si bien está terminada la vinificación de ese vino en particular, necesita aún tener unos tres años de guarda para estar en un buen punto para tomar. En ese sentido estamos utilizando la tokenización del producto para que el mercado termine definiendo el precio.

No es crowdfunding, no estamos vendiendo futuros, simplemente estamos vendiendo tokens al mercado y que luego el mercado haga trading en un exchange o lo que quiera para definir el precio a lo largo de la vida. 

La idea aquí es que no todos los vinos son iguales, y por ende deberían tener diferentes precios. No todos los momentos del vino son iguales tampoco. Desde el momento de la fermentación hasta que salga a la calle se puede tomar. Hasta que está en su momento de calidad y de la crítica, hasta el momento en que empieza a escasear o algo. ¿Por qué no tenemos diferentes precios? La idea es usar la tokenización para abrir esa nueva dinámica mediante oferta y demanda.

FQ: ¿Dónde están listados los tokens?

MB: Estamos cerrando el MTB19 (segunda ICO).  Hoy ya está cerrada lal ICO del MTB18, del año pasado. Eso está en Ripio. Y próximamente estamos mirando también a otros exchanges.

FQ: ¿Dónde se comercializan los vinos?

MB: Los tokens se venden en todo el mundo. La mayoría de los tokens que se han vendido corresponden a los mercados en donde ya estaba el vino o hay alguna afinidad. Hay excepciones. Hemos vendido algunos en sitios donde nunca hemos vendido una botella de vino. Pero hoy en día nuestro mercado de vino es Argentina, Brasil, India, España y puntualmente algunos países en África. Y en Uruguay hemos empezado en septiembre.

FQ: ¿Desde que surgió la idea hasta ahora, se alcanzaron las expectativas? ¿Te hizo pensar en nuevos planes?

MB: Ha superado con creces la respuesta a la hora de presentarlo, hablarlo, compartirlo con gente del mundo cripto y blockchain, del mundo del vino, bodegueros y particulares, aficionados. La respuesta ha sido muy positiva.De hecho un problema que tenemos ahora es de no expandir demasiado el proyecto, porque siempre van surgiendo nuevas ideas.

Estas tecnologías disruptivas como blockchain, IoT, criptoactivos, abren la posibilidad de tantas cosas  interesantes y nuevos modelos de negocios, modelos éticos, sustentables, transparentes, que antes no existían

FQ: ¿Tu opinión sobre las regulaciones sobre estas nuevas tecnologías?

MB: Comprendo los argumentos que hay para este nuevo mundo con disrupción que provocan las criptomonedas y el blockchain. Pero me da la sensación de que los innovadores y estas tecnologías no vinieron para pedir permiso, sino que más bien nos tenemos que adaptar. Para mí, el mejor ejemplo es una analogía que suelo contar: ustedes recordarán que en el año 2003, cuando salió Skype, los gobiernos y la gente se preguntaban cómo se regularía la voz sobre IP con las telcos. Porque las telcos tienen un poder muy fuerte y no lo van a permitir. Y hoy, 16 años más tarde, hace rato que nadie paga por hablar y sin embargo las telcos siguen existiendo. Entonces, sea en el área de las finanzas, con lo que inició Bitcoin, o sea en el área de las auditorías o las certificaciones, eso va a cambiar sin importar lo que se quiera forzar.

En nuestro caso particular, uno de los aspectos que estamos viendo es la certificación orgánica. Nosotros producimos uva siguiendo las reglas de viticultura orgánica y pagamos a una agencia cada año para certificarnos y decir que sí somos orgánicos, cosa que ya sabemos. Ahora bien, si tenemos sensores con IoT repartidos en la viña, si publicamos bitácora de trabajo, si publicamos la misma contabilidad de la empresa, y eso lo apoyamos en la blockchain, por el tema de "no repudio", ¿por qué tengo que pagar una empresa externa para que venga un día al año a decirme algo que ya sé? Yo estoy publicando diez mil puntos de datos cada día. ¿Por qué te fiarías más de una auditoría que son ocho documentos al año? Los auditores, los notarios, los gestores, nunca han agregado valor al producto. Como la banca no agrega valor a la transacción. Es un mal necesario que nos ha servido muy bien. No lo estoy criticando. Lo que estoy diciendo es que estas nuevas tecnologías vienen a reemplazar elementos superfluos del proceso. La auditoría que paga la empresa no mejora su producto.

FQ: ¿Qué tipo de vino producen?

MB: Cultivamos Malbec, Petit Verdot y Cabernet Sauvignon. Y de esas cepas hacemos un blend que se llama MTB y es un vino de un solo viñedo orgánico en Mendoza, y la idea desde el comienzo fue hacer un vino que acompaña bien comidas aromáticas, especiadas, picantes. Siempre vinos naturales y buscando lo que refleja el lugar y la gente que lo está produciendo. Cada año va a ser un poco diferente el vino, y por eso también la tokenización lo acompaña. Yo no pretendo que los vinos gusten a todos igual y en todo momento. ¿Por qué el precio debería ser igual?

FQ: ¿Qué es “You drink it, you own it”?

MB: En mayo de 2021, las botellas MTB18 ya podrán consumirse, entrará en vigor lo que llamamos "You drink it, you own it". Queremos que el consumidor pase a ser socio. Imagínate que tienes una botella de MTB, sin importar cómo la conseguiste. Puede haber sido un regalo. Luego de descorcharlo, la contraetiqueta te invita a escanearlo con el télefono, cargar una App. Y desde esa aplicación se solicita nombre, apellido, dirección, DNI, información de perfil, edad, sacar una selfie con la botella y contestar algunas preguntas sobre la experiencia tomando esa botella de vino. Y así podremos saber bien quiénes son los consumidores, qué piensan y qué opinan. Pero claro, eso es muy invasivo. Entonces, a cambio de esa contribución voluntaria, entregaremos un security token que representa una acción de la empresa. Una acción legal de la sociedad. Entonces, el consumidor pasa a ser dueño en parte de la finca, de la bodega. La filosofía detrás de esto es que, si estás tomando nuestro vino estás comprometido con el producto. Lo estás metiendo dentro de tu cuerpo. Entonces ¿por qué no hacerte parte de la empresa? Así ahora somos socios. Y eso abre un montón de juegos diferentes a nivel de usos de smart contracts: para hacer reparto de dividendos, votaciones, decisiones, etc. Los consumidores se convierten en participantes activos.

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