Nuevas investigaciones han cuestionado la percepción de que la minería del Bitcoin (BTC) es irreconciliable con la lucha contra el cambio climático. La importante revista de ciencia y tecnología The New Scientist publicó un informe sobre los nuevos hallazgos el 20 de noviembre.

La investigación previa depende excesivamente de suposiciones "generales"

En su estudio, Susanne Köhler y Massimo Pizzol, de la Universidad de Aalborg en Dinamarca, han criticado las suposiciones que subyacen a las afirmaciones anteriores de que el consumo de energía debido al Bitcoin puede llegar a 63 megatoneladas de CO2 al año, señala el New Scientist.

Estas estimaciones se basan en el supuesto de que las emisiones de carbono procedentes de la generación de electricidad son uniformes en toda China, un país que sigue a la cabeza de una gran parte de la minería mundial de Bitcoin.

China accounts for 47 per cent of bitcoin's carbon emissions

Fuente: Susanne Köhler y Massimo Pizzol en The New Scientist 

Sin embargo, desglosar el panorama de la minería en China para tener en cuenta las diferencias regionales presenta un escenario diferente, lo que da como resultado una huella global estimada significativamente menor para el Bitcoin, de 17.29 megatoneladas de CO2 en 2018.

Estas disparidades se reflejan en el hecho de que Mongolia Interior, que depende del carbón, representa el 12.3% de la minería de Bitcoin, lo que se traduce en un porcentaje superior al 25% de las emisiones totales. Esto se ve contrarrestado por el patrón inverso de la región hidroeléctrica de Sichuan.

Energía ecológica

Köhler señala que los activistas climáticos deberían seguir observando la industria de Bitcoin —advirtiendo que el consumo de electricidad por cada nuevo Bitcoin minado va en aumento— y que deberían estar pendientes de ponerlo en perspectiva:

"Por un lado, tenemos estas voces alarmistas que dicen que no llegaremos al acuerdo de París por culpa del bitcoin. Pero por otro lado, hay muchas voces de la comunidad Bitcoin que dicen que la mayor parte de la minería se hace con energía ecológica y que no es de alto impacto".

Los investigadores también señalaron que el consumo de electricidad representa la mayor parte de las emisiones de carbono de la moneda, en lugar de la producción y eliminación de hardware para la minería, que representa solo el 1% de las emisiones.

Como se ha informado anteriormente, otros especialistas en energía han respondido de manera similar a la percepción de que el alto consumo de energía es el "talón de Aquiles" del Bitcoin, argumentando a favor de desplazar el debate del consumo de energía hacia dónde se produce esa energía y cómo se genera. 

Este mes de junio, un nuevo estudio reveló que el 74.1% de la minería de Bitcoin está impulsada por energías renovables.

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