Desde finales del año 2024, el precio de bitcoin ha estado sufriendo una corrección de mercado, la caída para el primer trimestre en el precio del criptoactivo fue del 13%, según los datos aportados por Ripio, un exchange con presencia en varios países de América Latina.
Con el cierre del primer trimestre del año comenzaron a difundirse los análisis habituales del sector cripto, y los resultados no reflejaron las proyecciones más optimistas que muchos analistas anticipaban a fines de 2024, reseñó el comunicado difundido por Ripio. El período enero-marzo trajo consigo una corrección generalizada en el ecosistema, en contraposición al clima de expectativas positivas que había dominado la conversación durante los últimos meses del año anterior.
Señalaron que durante 2023 y 2024, el mercado cripto mostró un crecimiento sostenido, acompañado por la revalorización de Bitcoin y de muchos otros criptoactivos. En paralelo, la elección presidencial en Estados Unidos marcó un punto de inflexión político, con la victoria de Donald Trump, quien volvió al poder con un discurso abiertamente pro-cripto. Esto impulsó pronósticos extremadamente positivos para el sector, incluyendo predicciones que colocaban el precio de Bitcoin por encima de los 120.000 dólares para este primer tramo de 2025. Sin embargo, los datos actuales muestran una realidad distinta: el trimestre terminó con una caída del 13% para Bitcoin, y una depreciación aún más marcada para gran parte del top 20 de criptomonedas por capitalización.
Bitcoin: fortaleza relativa en un mercado bajista
El 20 de enero, día de la asunción presidencial de Trump, Bitcoin alcanzó su máximo histórico actual de 109.114 USD, generando una efervescencia que pareció confirmar las proyecciones alcistas. No obstante, ese impulso duró poco. Durante los meses siguientes, el precio de BTC se mantuvo mayormente entre los 90.000 y 100.000 dólares, con una corrección más pronunciada en marzo. El 10 de marzo, el activo tocó un piso trimestral cercano a los 78.500 USD, y cerró el trimestre en torno a los 82.200 USD.
Reseñó el comunicado que, “si bien una caída aislada de un activo de un 13% no tiene tono de hecatombe y está dentro de las variaciones que habitualmente las criptomonedas pueden tener, incluso en un día o en pocas horas, si se toma en cuenta el contexto reciente sí funciona como un indicador de incertidumbre. No obstante, en una mirada aún mayor es una corrección que es lógica, es esperable, y en un punto hasta es saludable para el ecosistema. Bitcoin tuvo un crecimiento fenomenal entre 2023 y 2024, llegando a marcar varios nuevos máximos consecutivos, el último fue el 20 de enero de este año. Y su precio actual sigue estando bastante por encima de los valores de cierre de marzo de 2023 (28.500 USD) y de 2024 (71.300 USD)”.
Caídas generalizadas en el top 20 de criptomonedas
Más allá del desempeño relativamente estable de Bitcoin, otras criptomonedas registraron retrocesos significativos. Ethereum (ETH), Solana (SOL), Dogecoin (DOGE), Chainlink (LINK), Avalanche (AVAX), Stellar (XLM), Shiba Inu (SHIB), Sui (SUI), Hedera (HBAR) y Polkadot (DOT) tuvieron bajas de entre el 35% y el 50% desde el comienzo del año. BNB (-16%) y Litecoin (-22%) también sufrieron pérdidas. Sólo XRP (-11%) y TRX (-8%) lograron una caída menor que la de Bitcoin, reseñó el comunicado.
Indicaron que este comportamiento bajista tuvo su correlato en otros segmentos del ecosistema, como las memecoins, tokens de IA, altcoins de baja capitalización y el mercado de NFT. Por el contrario, se observó una migración de capital hacia activos menos especulativos, como las stablecoins y proyectos DeFi más consolidados.
Un caso relevante en este contexto es el de USD1, una stablecoin asociada a World Liberty Financial, vinculada al entorno de Trump. Su crecimiento ha sido interpretado como un reflejo de una estrategia más conservadora por parte de los inversores, en busca de estabilidad dentro del universo cripto. Según cifras compartidas en el informe, “sólo en el segundo trimestre de 2024, se movieron más de 8,5 billones de dólares a través de más de 1.100 millones de transacciones con stablecoins, el doble que las procesadas por Visa en el mismo período”.
El rol de la política estadounidense y el nuevo enfoque institucional
La figura de Donald Trump se convirtió en un actor central para el mercado en este inicio de 2025. Con el lanzamiento de su propia memecoin ($TRUMP) y la de la primera dama ($MELANIA), además de la creación de una reserva estratégica nacional de criptomonedas, su administración dejó en claro la intención de posicionar a Estados Unidos como referente mundial del sector.
En el plano regulatorio, la designación de figuras cercanas al mundo cripto como Elon Musk, Paul Atkins y David Sacks en cargos clave, marcó un giro en la relación entre el Estado y el ecosistema. Uno de los cambios más relevantes fue la decisión de la FDIC (Corporación Federal de Seguro de Depósitos) de permitir a los bancos participar en actividades con criptomonedas sin requerir aprobación previa, lo que revierte la normativa restrictiva impuesta en 2022.
Sin embargo, no todas las novedades generaron entusiasmo inmediato. La expectativa de que el gobierno estadounidense iniciara compras masivas de Bitcoin para conformar su reserva fue reemplazada por un anuncio más conservador: no se realizarán adquisiciones adicionales, y la reserva se constituirá únicamente con activos ya en posesión del Estado, principalmente 198.000 bitcoin confiscados en procesos judiciales. Aun así, el compromiso de no vender esos activos fue bien recibido por el mercado, al eliminar el riesgo de una presión bajista originada en ventas gubernamentales.
Escenario macroeconómico global y su impacto
Destacaron en el comunicado que las condiciones macroeconómicas también aportaron incertidumbre. El 19 de marzo, la Reserva Federal decidió mantener su tasa de interés sin cambios (4,25 - 4,5%), pero ajustó sus proyecciones: rebajó su estimación de crecimiento económico (de 2,7% a 1,7%), y elevó las de inflación (2,5% a 2,7%) y desempleo (4,3% a 4,4%).
Este contexto genera efectos contrapuestos: por un lado, podría incentivar la adopción de activos alternativos como Bitcoin como resguardo frente a la inflación; por otro, podría desalentar la inversión en activos de riesgo ante la caída del poder adquisitivo y el aumento del desempleo.
La dimensión geopolítica también suma presiones. Las tensiones comerciales de Estados Unidos con China, México y Canadá, sumadas a la incertidumbre internacional derivada de conflictos como los de Ucrania y Gaza, generan un escenario donde la volatilidad de activos como las criptomonedas se ve amplificada. Adicionalmente, la implementación progresiva del marco regulatorio europeo MiCA impactó la liquidez de los exchanges, llevando a liquidaciones de algunas altcoins y afectando el volumen de operaciones.
En este escenario, el ecosistema cripto, cada vez más vinculado a la economía global, muestra una mayor exposición a factores externos. La progresiva adopción institucional y estatal implica también una creciente sensibilidad a decisiones regulatorias, tasas de interés y tensiones comerciales, señaló el comunicado.
Perspectivas para el resto de 2025
A pesar de la corrección vivida en el primer trimestre, el mercado cripto mantiene fundamentos que invitan al optimismo de cara al mediano y largo plazo. Bitcoin, en particular, se consolida como un activo relevante en el escenario financiero global. En 2024 alcanzó por primera vez los 2 billones de dólares de capitalización, y hoy figura entre los 10 activos más importantes del mundo en ese sentido.
Las políticas pro-cripto del gobierno de Estados Unidos, junto con la creciente adopción minorista y corporativa, parecen consolidar una nueva etapa para el ecosistema. “Ya tenemos los ETF al contado de Bitcoin y también de Ethereum, ya tuvimos el cuarto halving, ya hay consenso sobre Bitcoin como reserva de valor, ya hay empresas enormes y gobiernos usando y atesorando criptomonedas”, resumió el informe.
Por lo tanto, si bien el Q1 de 2025 se caracterizó por una baja generalizada en los precios y un cambio de humor en el mercado, el proceso de adopción y consolidación del ecosistema continúa su curso. La presencia cada vez más activa de gobiernos, empresas y usuarios individuales sugiere que las criptomonedas seguirán desempeñando un rol clave en la economía global del futuro.
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