Sam Altman ha vuelto al consejo de administración de OpenAI, tras una serie de acontecimientos que tuvieron lugar en noviembre del año pasado, cuando inicialmente fue despedido de la empresa, para ser readmitido a los pocos días.
Según un comunicado publicado el 8 de marzo, Altman ha vuelto a formar parte del consejo de administración de OpenAI junto a tres nuevos miembros, entre los que se encuentran la ex directora ejecutiva de la Fundación Bill y Melinda Gates, Sue Desmond-Hellmann, la ex vicepresidenta ejecutiva y consejera general de Sony Corporation, Nicole Seligman, y el presidente de Instacart, Fidji Simo.
Hace apenas cuatro meses, Altman fue expulsado del consejo y brevemente destituido de su cargo de CEO de la empresa.
En noviembre de 2023, Cointelegraph informó que la junta de OpenAI despidió a Altman por supuestamente no ser "consistentemente sincero en sus comunicaciones con la junta".
Sin embargo, los empleados de la empresa no estaban contentos con la decisión, con 505 de los 700 empleados firmando una carta a la junta exigiendo su dimisión.
El mismo día, en otro comunicado, OpenAI anunció que el bufete de abogados WilmerHale había entrevistado a varios miembros del consejo y examinado más de 30,000 documentos.
Se señaló que el anterior consejo no había previsto hasta qué punto la repentina decisión de dejar marchar a Altman desestabilizaría la empresa.
Bret Taylor, presidente del consejo de OpenAI, confirmó que Sam Altman y Greg Brockman siguen siendo las opciones preferidas para dirigir la empresa.
"Hemos llegado a la conclusión unánime de que Sam y Greg son los líderes adecuados para OpenAI".
Mientras tanto, el 6 de marzo, OpenAI publicó una serie de correos electrónicos entre los miembros de su junta y Elon Musk sobre el deseo de Musk de deseo de Musk de transformar la empresa en una entidad "con ánimo de lucro".
Esto se produce tras una demanda contra OpenAI presentada por Musk el 29 de febrero por un supuesto incumplimiento del acuerdo original para poner los avances en IA "a libre disposición del público" a través de una asociación multimillonaria con Microsoft.
La demanda de Musk pedía que OpenAI volviera a sus principios como empresa de código abierto, al tiempo que solicitaba una orden judicial para impedir la explotación con fines lucrativos de la tecnología de inteligencia artificial general.
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