En la decisión final de un caso penal que comenzó hace una década, un Tribunal de apelación ha dicho que las prácticas de recopilación de datos telefónicos de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) eran de hecho ilegales. Sin embargo, mantuvo las condenas sobre el caso.

De acuerdo con la opinión de la Corte del Noveno Circuito del 2 de septiembre en Estados Unidos vs. Moalin:

Concluimos que el gobierno pudo haber violado la Cuarta Enmienda y violó la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera ("FISA") cuando recopiló los metadatos de telefonía de millones de estadounidenses.

 

El tribunal continuó atacando el programa y escribió que el caso del gobierno ignora que "la recopilación de millones de metadatos de telefonía de otras personas, y la capacidad de agregarlos y analizarlos, hace que la recopilación de metadatos del propio Moalin sea considerablemente más reveladora".

A pesar de denunciar el programa en general, el tribunal mantuvo la condena de Moalin basándose en que el papel de los metadatos telefónicos dentro del caso era menor en comparación con el uso por parte del gobierno de llamadas grabadas, que eran legítimas:

Las principales pruebas del gobierno contra los acusados consistían en una serie de llamadas grabadas entre Moalin, sus cómplices y personas en Somalia, obtenidas gracias a que lograron pinchar el teléfono de Moalin.

 

Un tribunal de California acusó inicialmente a Basaaly Saeed Moalin junto con tres coconspiradores en julio del 2010 por financiar al grupo extremista somalí al-Shabab. El tribunal los declaró culpables de cinco cargos relacionados con el blanqueo de capitales y financiacimiento del terrorismo. Los cuatro enviaron USD 10,900 a al-Shabaab en el transcurso del 2008.

La NSA citó la condena del trío en 2013 como un éxito emblemático de su programa de recopilación de datos. El programa, que comenzó bajo la administración Bush tan solo unos días después de los ataques del 9/11, ha sido muy polémico desde que se dio a conocer su existencia en 2014 por parte de Edward Snowden.

Fue después de las revelaciones de Snowden que Moalin, un taxista, vio como su persona captó la atención nacional. La Ley de Libertad de 2015 terminó efectivamente con el programa de vigilancia telefónica de la NSA, pero es inquietante cómo duró tanto tiempo sin atraer a ningún denunciante antes de Snowden, quién permanece en el exilio.

Snowden y los temores a la vigilancia distópica del gobierno se volvieron los principales temas conversación sobre cómo desenredar las redes de los actores centralizados. Junto a Wikileaks, una de las primeras organizaciones en aceptar Bitcoin, las revelaciones de que las llamadas telefónicas eran escuchadas estimularon un gran interés público en las criptomonedas y otras tecnologías resistentes a la intrusión del gobierno.

La NSA, por su parte, le han robado varias de sus herramientas de hackeo, la más famosa es el exploit EternalBlue que se convirtió en la base del malware Wannacry que plagó 2017.

Sigue leyendo: