La banca tradicional en América Latina está ante un desafío histórico. Durante décadas fue el principal motor de crédito para empresas y consumidores, pero la irrupción de nuevas tecnologías financieras y la expansión de la tokenización están cambiando el mapa de acceso al capital. Así lo afirmó Gustavo Riveros Sáchica, experto en economía, consultor en estrategia para gobiernos y empresas, y directivo académico en ADEN Business School en 12 países de la región.
“Estamos viviendo un momento especial. Las fuentes de financiamiento se están abriendo mucho más para las compañías gracias a las fintech y al blockchain”, señaló Riveros en conversación con Cointelegraph en Español.
Explicó que durante años el mercado de capitales latinoamericano estuvo limitado a pocas empresas que cotizaban en bolsa, dejando fuera a pymes y negocios medianos. Sin embargo, la aparición de plataformas digitales ha democratizado el acceso al crédito y a la inversión.
Según Riveros, modelos como el crowdfunding, los contratos inteligentes y la tokenización están creando “autopistas” de capital que antes no existían. “Gracias a estos instrumentos tecnológicos, inversionistas pequeños —con aportes de 100, 200 o 1.000 dólares estadounidenses— pueden apalancar el crecimiento de una compañía. Es un cambio estructural que reduce los costos de intermediación y amplía el mercado”, explicó.
El especialista advirtió que esta transformación obliga a la banca a redefinir su modelo de negocio. Citó el caso de Bancolombia, propietario de Banco Agrícola en El Salvador, que ha declarado su intención de dejar de ser sólo un banco para convertirse en una plataforma de negocios:
Los bancos que quieran perpetuarse con estructuras costosas y muchas oficinas físicas no tienen comprometido su futuro. Tienen que desescalar infraestructura y unirse a las nuevas tecnologías
La tendencia también alcanza a los seguros tradicionales, que se ven presionados a evolucionar hacia modelos de insurtech y microseguros. “La transaccionalidad se va a multiplicar y las empresas con estructuras ligeras y digitales estarán en ventaja”, añadió Riveros. Como ejemplo, destacó el ascenso de David Vélez, fundador de Nubank, quien con un banco 100% digital desplazó en riqueza a históricos magnates bancarios colombianos.
El caso salvadoreño, según el experto, muestra un camino adelantado para la región. “El Salvador tiene una ventaja competitiva porque ya cuenta con un marco legal para la emisión de activos digitales y ha recuperado la seguridad, un factor clave para atraer capital”, afirmó. Esto, sumado a la posibilidad de emitir bonos o instrumentos tokenizados desde montos bajos, permite que empresas medianas accedan a mercados globales de inversión.
Para las pymes, Riveros recomienda explorar un abanico de opciones financieras antes de acudir a la banca tradicional. “Las empresas deben fortalecer su estructura de capital sin perder gobernanza y combinar instrumentos como crowdfunding, tokenización, titularización o leasing operativo. El nuevo ecosistema es una barra de ensaladas donde cada compañía puede elegir lo que le conviene”, apuntó.
El economista concluyó diciendo que la supervivencia de la banca dependerá de su capacidad para integrarse con el ecosistema fintech y cripto:
No es una opción; es una necesidad para competir y seguir siendo relevantes como fuentes de financiamiento en América Latina
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