La trazabilidad vacuna puede convertirse en una herramienta clave para atender las exigencias de calidad de los consumidores. Y el sector productivo puede ser quien lidere esta evolución. Así lo puso de manifiesto la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), en un artículo publicado en su sitio web, el 10 de enero pasado.

El artículo, que lleva el título "Trazabilidad vacuna: reconquistar la confianza", remarcó que la producción bovina es una de las primeras actividades industriales de Argentina. "Los consumidores exigen un producto de calidad e inocuo para su salud, que cumpla las máximas garantías. Esta demanda se apoya por un lado en el avance tecnológico y la mayor conciencia sobre las patologías zoonóticas así como de otros riesgos asociados a la alimentación. Ya no es suficiente con que la carne sea sabrosa, tierna y nutritiva, sino que debe asegurarse que su consumo no entrañe ningún peligro para la salud", subrayó la publicación.

"Por otro lado, los fenómenos de contaminación ambiental y la mayor presencia de conservantes y aditivos en los alimentos colocan a esta – y otras cadenas – en el ojo de la tormenta. A la par, los medios de comunicación juegan un papel clave en la difusión de información y la generación de tendencias, lo que va produciendo cambios cualitativos y cuantitativos a nivel global en la conciencia social y el interés respecto a la seguridad de los alimentos", añadieron luego desde Aapresid.

En este contexto, consideraron que lo descripto ha posicionado la trazabilidad en un rol central como herramienta eficaz para reconquistar cierta confianza perdida.

Se define a la trazabilidad como "la relación ininterrumpida del animal desde su nacimiento hasta los productos derivados de la faena de ese animal, comercializados y puestos a disposición del consumidor". Así, están viendo como importante la posibilidad de rastrear, mediante identificaciones registradas, la información relativa al origen de ese producto: locación de la entidad de producción, frigorífico, etc.

Cabe destacar que, en Argentina, la metodología actual de rastreo de animales es a través de su caravana y los documentos que amparan su tránsito. "Cada documento identifica el establecimiento de origen de los animales arribados al establecimiento de destino o al matadero a través del número Renspa. A su vez, en la caravana de cada animal se encuentra la Clave Única de Identificación Ganadera (CUIG), una versión abreviada del número Renspa. El CUIG es el que utiliza Senasa para identificar los establecimientos ganaderos y sus titulares. Todos los movimientos de animales son registrados en las Oficinas Locales del Senasa mediante el Sistema Integrado de Gestión de Sanidad Animal (Sigsa)", añadieron.

Sin embargo, aclararon que trazabilidad no es sinónimo de calidad, aunque es el primer paso para lograrla.

Miguel Ángel Álvarez, dueño de un establecimiento de feed-lot llamado "La Loma", habló sobre este tema y dijo: “El consumidor argentino todavía no prioriza cuestiones de origen de los animales, crianza, buenas prácticas ganaderas (BPGs) y ambientales, sino que eligen un producto en función de terneza, el gusto, y en algunos casos el marmóreo y en gran medida por el precio”.

“En el exterior es diferente, ya que los consumidores son más conscientes sobre la cantidad de factores que determinan la calidad de la carne”, comentó

Además, Álvarez también opinó que tecnologías como blockchain “serán fundamentales para dar proyección al comercio de la carne y potenciar este tipo de iniciativas”.

Blockchain y Carnes Validadas

Con el objetivo de aplicar blockchain en la trazabilidad de la industria cárnica, la empresa Carnes Validadas eligió la tecnología Blockchain para armar su plataforma y a la firma Koibanx para desarrollarla. Así lo informó Cointelegraph en Español en agosto del año pasado.

Desde Koibanx afirmaron que la alianza era casi inevitable. "Estas dos empresas fueron creadas en entornos muy diferentes pero con un mismo fin: mejorar la calidad de vida de todos a través de la tecnología", manifestaron.

Los especialistas argentinos Diego Heinrich y Nicolás Balestrini desarrollaron Carnes Validadas. Se trata de una herramienta tecnológica que fortalece la trazabilidad de la proteína roja desde la cría animal hasta su consumo. “Decidimos crear este negocio porque reconocemos la necesidad que tiene la industria cárnica de América Latina de mejorar sustancialmente su trazabilidad”, resaltó Heinrich.

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